Me faltó patearme más estos sitios… pero el viaje era organizado…
Hubo dos cosas que me llamaron la atención de este lugar, la primera fue cuando lo ví por primera vez desde el autobús, pensé “aquí quiero ir yo”, tenía aspecto de pequeña fortaleza en medio de la ciudad. La segunda fue que en algunos momentos te invadía un silencio increíble, dentro del bullicio de la gran ciudad, una especie de paz y de recogimiento familiar, de descanso, como si cada casa albergara una intriga especial.
Pero lo que realmente me gustó, fue como pasabas de esta paz, a un caos total de cruce de bicicletas, peatones, coches… en menos de 2 metros de calle.
Me hubiera gustado darme una vuelta en bicicleta por allí.
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