Me gusta hacer fotos, y básicamente las hago cuando viajo.
Sí, amigos, soy uno mas que hace una foto a la torre de piza como si la estuviera sujetando o dándole un beso a la esfinge… al menos por el momento no he estado en ninguno de estos dos sitios.
Hace poco ví en la red, un curso de cómo preparar un reportaje fotográfico de un viaje, porque mas allá de la técnica fotográfica, está el porque y para que hago las fotos… que creo que es más importante.
Poniendo un ejemplo, en el 2010 fuí a Marruecos, y saque fotos a cascoporro, en total 232 tomas, que son 600Mb, y he de decir que la mayoria no valían de mucho (falta de técnica supongo, o repito mucho y alguna saldrá bien ¡¡¡¡ERROR!!!!, si repites algo que esta mal, sigue saliendo mal…), y otras cosas no fotografíe.
¿Qué no fotografíe? El mercado de Marrakech, 3 fotos y malas… hay que perder ese miedo escénico.
En un primer momento estas son las que rescaté como fotos que valían la pena:
Lo peor es que no he podido sacar ninguna potable de las carnicerías de sus mercados… simplemente para retratar su “modus operandi”, pero os dejo los truños que hice, sirva solo como documento…
Truño1: muy quemada, no se distingue nada, le corto el brazo a un pobre hombre… ¿Qué quería sacar aquí?
Truño2: hombre en bicicleta ¡!... si lo veis…
Truño3: ole, ole y ole…
Truño4: aquí quería sacar los colores de los pañuelos en este gran lugar montañoso, no sale ni una cosa, ni la otra, y además el chaval sale pensando que le iba a comprar… y encima hice unas 5 igual de malas.
Truño5: juas, juas… esta lo tiene todo, cacho de coche (creo), tramo de cable, y las montañas que quería sacar no salen…
Truño6: quería sacar el contraste de una botellas que estaban, bla, bla, bla… al final toma truño quemado.
Truño7: esta es la carnicería… y al lado wally
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